DE UNA INVERSIÓN A UN HOGAR

Ésta es la historia de una familia que se acercó a San Matías como medio de inversión y que terminó eligiéndolo como hogar propio. La tranquilidad y la naturaleza, dos de los atributos más atractivos del barrio.

En la familia de Mariela Gamarra son seis, y hace casi dos años que viven en San Matías. Aunque el proyecto inicial no era hacer del barrio su lugar de residencia permanente, terminó llamando mucho su atención, hasta que, el 30 de diciembre de 2015, se mudaron a su nuevo hogar.

Llegaron al barrio a través de una publicación que vieron en Internet y que les llamó la atención. Entonces empezaron a investigar de qué se trataba. “Vimos que Eidico es una empresa seria, así que decidimos invertir, sin proyecto de venir a vivir acá”, cuenta Mariela recordando los inicios. La realidad es que ella disfrutaba de vivir en su departamento, con los vecinos que ya conocía al lado y cerca de todo lo que necesitaba. Eso le generaba seguridad. Y el cambio a una casa era grande y desconocido.

Sin embargo, todo cambió. El barrio llamó su atención y los condujo a hacer de San Matías ya no sólo una inversión, sino nada más y nada menos que su nuevo hogar. “Cuando se pudo empezar a construir en San Matías, empezamos con el proyecto de la casa, ¡y acá estamos! Ahora me encanta vivir acá. En realidad, a mí era a la única que le costaba”, agrega. Y asegura que ahora está feliz.

El barrio fue creciendo y los conquistó a todos. La paz que se vive allí y el contacto con la naturaleza tan propios de San Matías se impusieron y los cautivaron. “¡Disfrutamos de todo! De la tranquilidad, de que nuestros hijos salgan a andar en bici o a jugar a la pelota en la placita; tenemos excelentes vecinos, mascotas”.

San Matías mostró sus virtudes rápidamente y la familia de Mariela se encariñó en seguida con su nuevo hogar. Hoy en día, es mucho lo que disfrutan del barrio. “Me gustan mi casa, los árboles, los pájaros, las liebres, el hecho de que mis hijos crezcan en contacto con la naturaleza, que tengan amigos, que puedan ir al bufé a comprar lo que necesitan, que ya todo me parezca cerca”, reflexiona Mariela. Además, la familia aprovecha mucho el sector deportivo del barrio. Los chicos van a la escuelita de tenis, juegan al fútbol y todos disfrutan de la pileta.

Si bien Mariela y su familia no conocían la zona, lograron encariñarse. “El barrio crece a pasos agigantados. Toda la zona está creciendo mucho y cada vez hay más lugares lindos por conocer”.

Sin duda, este refugio de naturaleza y tranquilidad conquistó sus corazones y promete seguir ofreciendo más en el futuro. Otra familia que ya eligió San Matías como su propio hogar y que está feliz con la decisión de haberse instalado allí.